Ya tenía mucho nuevamente sin escribir algo aquí, pero cada vez que pasa algo decisivo en mi vida me da por escribirlo y este sitio me gusta para plasmarlo. Lo que hoy quiero que quede plasmado es también algo que se deriva de un sentimiento, un sentir que es trascendente, como todos los aquí escritos, todas las publicaciones de este sitio su origen es un sentimiento importante que he tenido en algún momento y que después de filtrarlo por mi cabeza intento aterrizarlos en mi vida y el plasmarlo en este blog es el primer paso de ese aterrizamiento, como cada una de las publicaciones de este blog, nuevamente escribiré con el corazón dictándome y la cabeza tratando de ordenarlo, creo que ese reto es lo que más me gusta de escribir, ya sabía que este iba a ser un día “sentido”, pues ya estaba programado que así fuera, obviamente lo que no sabía eran los detalles, ni que tan “sentido” sería y acabo de recibir uno de los detalles que más me han satisfecho, pues es como un recuento de lo vivido, y además es de una persona que hoy le puso la cereza a nuestra mmm amistad. Como toda relación larga hasta ahora hubieron cosas malas y buenas, unas muy malas y otras más aun, sin embargo en momentos como este es que cobran sentido y que uno se da cuenta que las malas son pequeñitas en comparación con lo demás, agradezco que hayan salido así las cosas.
Ya antes había tenido que atravesar por un sentimiento y situación similar cuando Javier se fue a California, y es hasta ahora que lo recuerdo, y gracias a eso sé que no es un adiós, simplemente hay mucha más tierra de por medio y más en esta ocasión, aunque no niego que eso lo hace más complicado ya que se dejan de tener a disposición muchas cosas, directas e indirectas con todo y sus consecuencias, claro está. Y es aquí en donde hago una recapitulación muy rápida de lo vivido y la trascendencia que esto conlleva, y al final puedo decir que me ha dibujado una sonrisa, ahora me viene a la mente que tal vez soy una buena persona, aunque la otra opción es que realmente éste rápido recuento en el que evalúo lo vivido y los recuerdos que hasta ahora tengo con quien se va son de que sí valieron mucho la pena todos esos momentos o que quizá es la conjunción de ambas cosas lo que hace trascendente este recuento, es decir, que si soy buena persona y que las experiencias si son muy valiosas, sea lo que sea eso ahora no importa, solo sé que se le va a extrañar, que no habrá más partidos de básquet en las canchas de la panadería, ni de fut, ni de squash, ni discusiones contra el “pumas” nada más para molestar, ni comidas los fines de semana, ni conciertos, ni viajes, ni salidas a bares de blues o de rock, ni su “tutela” acerca de los buenos grupos y bandas, ni de buenos libros y/o películas, ni de restaurantes y cantinas raras, o las pláticas trasnochadoras en la cocina, con una rica coca cola fría tomándonosla de a poquitos en los vasos, pero que al final terminábamos con dos litros, ni tampoco estarán los comentarios después de los partidos de fut en la tele, ahora me parece que para fin de año va a faltar su presencia en la organización, en fin aquí podría llenar muchas líneas más de lo que se deja de tener con su ausencia. Las personas que enriquecen nuestras vidas la llenan con acciones no muy espectaculares pero si constantes y en ocasiones porque no, también espectaculares, en cierto modo se vuelven parte de uno porque se da por entendido que ahí están, que para bien o para mal ahí están, uno puede voltear y siempre verlas, cuando se pierde la noción de en donde se está parado, de saber en qué terrenos ando, hay personas que sin que te digan nada son como un punto de referencia en nuestras vidas, pues uno puede voltear y verlas… y saber justo en qué dirección estas caminado, es entonces cuando se vuelven importantes para uno, aunque en el momento no nos demos cuenta y de cierta forma me hace sentir más solo el que se haya ido, solo porque ya no estará para acompañarme y realizar las cosas que me gustan hacer y del modo en que me gusta hacerlas y porque acostumbraba hacerlas con él, pues es de las pocas personas que reconozco que me han influenciado en puntos como esos, a decir verdad era el penúltimo que me quedaba, el Guajo se fue hace años, sin embargo no se había ido tan lejos, Kiko tuvo a su hijo el retoño Kikin IV, Arley se casó y tiene 2 hijos, el Bolo tuvo un hijo y también se nos fue del grupo que ya habíamos formado, los “Arturos” se cambiaron de casa hace años, Javier se separó y solo quedábamos “unidos” tres más, y para ninguno ya no es prioridad el “grupo”, ahora se va el Guacales y un partido entre dos que quedamos ya no tiene el mismo chiste, aunque no deja de ser el más valioso, él era el que completaba el “equipo” y era el tercer miembro que hacia solida nuestra presencia en cualquier cosa que realizábamos o actividad a la que nos inscribíamos pues teníamos la manía de hacer todo juntos desde niños, pues así nos lo fomentaron nuestras madres, cabe mencionar que son hermanas y que una de las tres de ese equipo (porque eran tres, dos hermanas y una prima) ya no está más con nosotros, de ella ya escribí en este mismo blog en su momento, eso me recuerda que mi tía ha de estar muy triste en estos momentos, pues es sabido por los que somos cercanos que él es su hijo favorito, también cabe mencionar nada más para que quede en actas que yo en estos momentos me encuentro en Copainala Chiapas y he sentido desde lejos esta ausencia, y tal vez gracias a que no estaba en el D.F es que recibí el mensaje de despedida a mi celular que fue el que detono este escrito, más no su contenido. Es verdad su ausencia se va a sentir y más en unos que en otros, sin embargo algo me dice que este no es el fin de la historia de nuestro equipo, simplemente el territorio que ahora debemos cubrir es mucho más amplio y debemos ser suficientes para lograrlo, las cosas cambian, los actos en los que reconocíamos nuestro valores ya no pueden ser los mismos, las cosas a las que estábamos acostumbrados ya no son ni serán igual que antes debemos aprender a adaptarnos a las nuevas condiciones del terreno, ya estamos jugando en otra cancha, en otra liga, y hay que vencer también aquí, de eso se trata al menos la cultura de mi familia, para eso nos criaron y también para eso hubo mucho sacrifico de mis antecesores, ahora solo quiero ver esto como una nueva situación a la que hay que adaptarse y no sé si este bien decirlo, pero también a la que hay que acostumbrarse, aunque no nos acostumbremos mucho porque puede volver a cambiar y seguramente así será, el chiste es identificar que el partido cambia de ritmo constantemente hasta que se cumple el minuto 90. Quiero ver esta situación de la mejor manera y pensando que no es una separación como ya dije, sino que ahora hay mayores retos, y que el guacales (Alias: guacales o el chenco) ha puesto más arriba la raya y también ha servido para darme cuenta o mejor dicho para recordarme que el cielo es el tope, que hay muchas cosas por hacer y conquistar aunque a veces me parezca que no tiene chiste el conquistarlas, sin embargo sigo en ese camino de conquistas, por decirlo de algún modo, así que para resumir un poco diría que se termina una etapa muy grata y eso es triste, pero también es el pretexto ideal para hacer que se gesten nuevas experiencias, diferentes y enriquecedoras que nos llenaran de satisfacción, debo dar paso a lo nuevo, a pesar de que me considero una persona muy aprensiva, ahora vienen cosas nuevas y hay que darles buen rumbo.